Nos guste o no, la vida cambia, nos da giros inesperados que algunas veces no estamos preparados para ellos o llegan sin desearlos. Esos cambios son siempre un punto de partida, que si no hacemos nada para controlarlos, nos arrastran, perdiendo el control de lo que nos sucede.
Si te lamentas y centras toda tu energía en analizar de forma negativa lo ocurrido, sólo consigues entrar en la conocida » Espiral de la mala suerte» donde cada vez te vuelves más pequeño e inseguro.
En el proceso de separación o divorcio, es muy común sentirte así, normal si pensamos que debemos superar una ruptura sentimental junto a la necesidad de gestionar y modificar toda nuestra estructura de vida, conciliar nuestra profesión y nuestros hijos.
Coger de nuevo el timón de nuestra vida pero ¿ a qué rumbo?
Es posible que el cambio no sea fácil, que al principio necesitemos ayuda para volver a coger el timón, delegar o pedir consejos para tomar decisiones, para poco a poco ir dirigiendo nuestra atención hacia nuestros objetivos.
¿Cómo marcar el rumbo?
- Toma conciencia del cambio, en que situaciones estás y donde quieres llegar.
- Acepta ayuda de los demás, recuerda que cuatro ojos ven más que dos, pero nunca olvides que tus decisiones son tu responsabilidad así que no dejes que los consejos te alejen de tus objetivos.
- Marca tu plan de acción y como en una empresa valora tus recursos personales y profesionales . ¿Tu casa, tu trabajo, tus hijos, tu economía, tus amistades son activos o pasivos en tu vida? como debes incluirlos en tu plan de acción para llegar a tu meta? o por lo contrario ¿ debes eliminarlos o alejarte en tu nuevo rumbo?.
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¿Qué debo hacer cuando ya tengo el rumbo marcado?
Pues arrancar motores y dirigir toda nuestra atención y consciencia a lo que queremos hacer, lo que queremos conseguir, a nuestro plan de acción.
Comienza a trazar pequeñas metas enfocadas a nuestros objetivos para poder valorar nuestros avances. Centrar toda nuestra atención en esos objetivos marcados nos ayuda mantener una perspectiva centrada y enfocada en conseguir nuestro plan de acción y mantener a raya a todos esos sentimientos negativos que muchas veces se traducen en miedo, estrés o ansiedad.
Emociones negativas que desenfocan y hacen virar nuestro timón.
Reconcíliate contigo, deja de pensar en que te llevó ahí y sal de la trampa de la frustración. El pasado debe ser un aprendizaje tu futuro una meta. Recuerda equilibrar tu mente y tu cuerpo es fundamental para sentirte fuerte, una dieta equilibrada y hacer ejercicio ayuda a canalizar esas emociones que pueden hacer dudar de nosotros y distraernos de lo verdaderamente importante.
» Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nuevas historia o construir un nuevo sueño».
¿Hablamos?