Cómo siempre al comenzar un año nuevo nos hemos acostumbrado a realizar una lista de propósitos. Nuevos objetivos tantos personales como profesionales para comenzar el año enfocados en sentirnos mejor y más motivados.
Estas listas son muchas veces una trampa, piedras en la mochila que nos hacen subir a nuestra cima más despacio y con más dificultades o pronto acaban frustrándonos.
Si nuestros propósitos están enfocados a deseos y no a acciones solo son ladrones de tiempo.
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¿Cómo distinguir un deseo de una acción?
Muy fácil, tanto a nivel profesional como personal nos podemos marcar objetivos que sólo están reflejados en nuestra mente, son puros deseos, pero hasta que no los reflejamos sobre un papel y comenzamos a marcar nuestra ruta, ese deseo no pasa a una acción, nuestro plan de acción.
Te pondré un ejemplo:
A nivel personal:
Propósito: En enero me apunto al gimnasio
DESEO: Adelgazar y mantenerme en forma
ACCIÓN: Planificaré los dias que puedo ir y cuando puedo ir antes de apuntarme y anotaré cuanto quiero adelgazar ( creando unas metas intermedias por semanas hasta el objetivo final).
A nivel profesional:
Propósito: En enero aumentar mi productividad
DESEO: Ampliar mi cartera de clientes
ACCIÓN: Revisar mi facturación del año pasado para valorar que productos o servicios fueron los más productivos, a que clientes estaban enfocados y desde ahí revisar cual es mi cliente ideal y que le puedo ofrecer este año.
Te propongo que saques esa lista y vuelvas a valorar tus propósitos pero esta vez no como deseos sino como acciones.
Recuerda que nuestros objetivos deben ser:
- Medibles: para saber si hemos llegado a el
- Alcanzables: ambiciosos pero realistas porque influyen directamente en muestra motivación
- Realistas: adaptados a nuestros recursos personales y profesionales
- En tiempo determinado: marcar nuestros objetivos a corto, medio o largo plazo.
Actualiza tu lista de propósitos como actualizas tu móvil, acepta que siempre puedes encontrar una versión mejor, adaptada a nuestras circunstancias, que hacen necesaria reprogramar nuestros objetivos.
Nuestras circunstancias personales y profesionales pueden variar pero siendo flexibles y realistas podemos reajustar el foco y llegar a nuestra meta.
Para, respira hondo y siente donde quieres ir para trazar el camino mas corto….
¿Hablamos?