¿Has pensando alguna vez el poder que tienen las palabras? Sí, me refiero a cómo una sola palabra puede cambiar el significado de toda la frase o algo más importante: la intención.
Tengo que decir que me apasiona el estudio del cerebro y su poder en la neurolingüística.
Valorar como introduciendo pequeños ajustes en nuestra manera de pensar, comenzamos a cuestionarnos ideas sobre nosotros o nuestra manera de actuar y nuestro entorno. Conocer el poder del lenguaje verbal y no verbal y como influye en nuestras acciones diarias enfocado a conseguir nuestros resultados y te preguntarás
¿Cómo influye en nuestra gestión del tiempo?
La contestación es muy rápida puesto que influye en el 100% de los resultados. Cuando introduzco DEBO o QUIERO al principio de mi frase, ya directamente estoy enviando esa acción desde el cerebro o carril de “la acción” al carril de “el deseo” o es lo mismo, de un condicional a una estrategia.
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Imagínate la situación tu hora de entrada en el trabajo es a las 9:00 pero llegas a las 9:15, rápido, agobiado y cargado de cosas porque con las prisas no tenías claro que era importante para hoy, te sientas pensando que tienes que encender el ordenador (tarda más de 10 minutos porque van muy lento)…entonces miras en frente de ti y ves a tu compañero con un maravilloso café en la mano y toda la mesa organizada para el día y piensas:
DEBO salir de casa media hora antes para llegar con tiempo
QUIERO salir de casa media hora antes para llegar con tiempo
Cuando observamos las dos opciones queda claro que:
con el DEBO estamos hablando del condicional DEBERÍA madrugar más sino me quiero sentir así pero enseguida nuestro cerebro lanza a toda su artillería de excusas ( claro pero es que hay mucho tráfico o los niños me entretienen etc). Tampoco deja claro cuándo hacerlo es decir debo cambiar pero ¿mañana, dentro de un mes o nunca?
Las metas basadas en el deber nos vienen impuestas por factores externos o comparaciones
Con el QUIERO estamos hablando de una acción concreta que viene seguido de una estrategia, no cabe la posibilidad de aplazar a medio o largo plazo o condicionarlo por factores externos. ¿Qué puedo hacer mañana para llegar antes al trabajo? Aparecen las posibilidades al cambio y sus ventajas:
- Si llego 30 minutos antes al trabajo comenzaré la jornada más relajado
- Puedo encender el ordenador y aprovechar para prepararme un café
- Si planifico el día anterior que necesito hoy, llevaré las cosas necesarias y no improvisare.
- me prepararé un buen desayuno o daré un paseo más largo a mi perro
Las metas basadas en el querer nos acercan al comportamiento que puede ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos.
Te pregunto ¿los cambios qué tienes que hacer o los qué quieres hacer? ¡Que quiero hacer!