«Céntrate en las acciones ordinarias y olvida las extraordinarias si te falta tempo en tu día.»
Y entonces llegó el momento de dar valor a las acciones ordinarias y dejar de esperar estrategias milagrosas que multipliquen tus horas porque a la larga son el caldo de cultivo de un síndrome de Burnout.
Cuando pensamos en éxito, resultados y productividad, a menudo nos imaginamos hitos extraordinarios, personas exitosas y gurús que comparten estrategias codiciadas en el mundo laboral y del emprendimiento. Sin embargo, estas narrativas suelen venir acompañadas de un aura de acciones excepcionales, relegando lo ordinario a aquellos que, según estas perspectivas, no logran sobresalir.
Según la IA, el síndrome de Burnout se define como un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se produce por exigencias laborales excesivas. También se le conoce como «síndrome del trabajador quemado«.
Lo primero que analizo cuando alguien llega a mí por motivos de estrés, desmotivación o la sensación de falta de tiempo, a pesar de un perfil profesional exitoso, es su percepción de su día a día y de sus acciones rutinarias.
Mi sorpresa surge cuando veo sus rutinas: entrar a trabajar a las 9:00 de la mañana tras despertarse a las 5:00 para realizar varias tareas, asumir que extender la jornada laboral dos horas diarias es normal, o llevarse trabajo a casa para «adelantar«. Esto se traduce en acostarse a las 11:30 o 12:00, todo mientras intenta mantener su casa en orden y su vida social activa.
Este hábito de madrugar, esforzarse y renunciar al descanso lo han visto en libros, videos de TikTok o les ha sido compartido por sus jefes como «secretos del éxito«. Quiero que reflexiones: detente, escribe tu rutina diaria y analiza si el estrés proviene de acciones añadidas a tu vida ordinaria o de esos «secretos» que solo crean un cuello de botella en tu mente y tu tiempo.
Si analizamos el ejemplo que mencioné, podemos ver que hay formas de gestionar el tiempo y ser productivo que no son sostenibles:
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- No es productivo dormir solo 5 horas diarias; ni es suficiente ni saludable para tu cerebro ni para tu energía.
- Si necesitas más horas de sueño, levántate a las 7:00 y prioriza tu descanso o, si prefieres levantarte a las 5:00, asegúrate de acostarte a las 21:30.
- Utiliza tu tiempo libre no para pensar en trabajo, sino para socializar y desconectar.
Lo que quiero transmitir es que si nuestra gestión del tiempo incluye un nivel alto de exigencia y acciones autoimpuestas, sin una clara distinción entre lo ordinario y lo extraordinario—es decir, lo mínimo viable para un día equilibrado y lo máximo que estoy dispuesto a hacer para alcanzar una meta—tendremos altas probabilidades de generar un excesivo nivel de exigencias, tanto profesionales como personales. Esto puede llevarnos a sentir que no somos suficientes y que no tenemos tiempo suficiente, pasando de VIVIR a SOBREVIVIR.
Si quieres ampliar el contenido te invito a escuchar el próximo episodio del podcast que abre nueva temporada en todas las plataformas Podcast Domina tu tiempo